Desde hace dos años el estacionamiento en las cuadras del Gran San Miguel de Tucumán es tierra de nadie. El cobro por dejar el auto en las calles creció a pasos agigantados bajo la sombra de la falta de normas que lo regulen y lo legalicen. Para colmo, la Municipalidad de la capital, que es la institución que debe reglamentar el uso de la vía pública y el tránsito, declaró que desistió hace tiempo de reglamentar la actividad. Como si eso no fuera poco, este año tampoco habrá, por el momento, licitación para concesionar el servicio del estacionamiento pago en las calles ni se sacará a los cuidacoches establecidos en distintos puntos de la ciudad mientras cobren “la voluntad”.
Estacionar el auto en una cochera cuesta entre unos $ 30 y $ 40 la hora, según la ubicación del local. El precio también varía según el tamaño del vehículo. En cambio, aparcar en la calle y pagar a un cuidacoches cuesta por hora entre $ 15 y $ 10 o “la voluntad” del conductor, y el valor es el mismo sea una camioneta, un auto, o una trafic.
“Los cuidacoches son un bien necesario, porque dejar el auto en una cochera es caro; y a veces sólo te bajás por un trámite de 10 minutos. En la cochera no te fraccionan el tiempo y en la calle muchas veces hasta te hacen precio”, afirmó Fátima Suárez. “Creo que no deberían exigir a los conductores el pago de un determinado monto, sí una colaboración. Además tendrían que estar regulados porque no falta quien se cree pícaro y agrupa a los cuidadores y les saca un porcentaje por ser el supuesto contacto con la Municipalidad; necesitan ser representados”, especificó.
Enrique Romero, subsecretario municipal de Tránsito, informó que desde hace más de una década las autoridades municipales buscan regular esta problemática sin éxito. En 2016 se dio como fracasada la licitación, ya que las cooperativas y los centros que se postularon para las concesiones no cumplían con las pautas establecidas por la Municipalidad. Hasta entonces, el estacionamiento pago en las calles era concesionado a cooperativas -algunas de personas con discapacidad- que a cambio pagaban un canon en pintura para las señalizaciones viales.
No hay autorización
“Hay muchas familias que comen del dinero del estacionamiento callejero; sacarlos de las calles acrecienta la problemática social. Están los que trabajan todos los días y los que sólo lo hacen para ganar unos mangos para gastar en vicios”, aseguró Romero.
“A pesar de ello lo que debe quedar claro es que no hay autorización por parte de la Municipalidad para cobrar una tarifa, ya hemos sacado de las calles a muchos que entregaban papeles con el aval de la institución y eso es falso”, remarcó el subsecretario.
Trabajo es trabajo
Entre quienes se dedican a cuidar los coches que estacionan en la calle a cambio de dinero, hay unos cuantos que quieren que la actividad sea regulada. Afirman que es su fuente de ingresos y en muchos casos, la única oportunidad para tener una vida mejor. Es el caso de Mario Rodríguez, que hace más de 30 años es cuidacoches. Comenzó porque había sufrido un accidente que lo dejó con una discapacidad motriz; y siempre consideró que es un trabajo y que es su responsabilidad cuidar los autos que se estacionan en su cuadra. “Soy parte del Centro de Lisiados; así empecé este trabajo. Antes esa entidad tenía la concesión del cobro de estacionamiento. Pero por diferentes factores se desintegró la comisión y desde entonces los discapacitados que trabajábamos de cuidar autos quedamos a la deriva”, aseguró.
Rodríguez cobra una tarifa fija de $ 15 por hora. Confiesa que ese valor es relativo porque sus clientes son los mismos de siempre y les hace precio. “Trabajando de manera independiente saco unos $ 12.500 mensuales; a mí me va bien. Los compañeros que no tienen cómo trabajar merecen que se arme una cooperativa o una comisión que los nuclee y que se normalice esta actividad”, sintetizó.
“Yo empecé con el Centro de Lisiados hace ya 16 años, trabajaba por la tarifa establecida en aquellos tiempos. Luego la institución perdió la concesión y me quedé trabajando en esta cuadra pero por ‘la voluntad’”, comentó Ricardo Capeta. “Sería un gran beneficio que se regule la actividad. Así podemos trabajar cobrando una tarifa que nos deje algo más que el dinero que los conductores nos dan. Además tendríamos beneficios, quizás un sueldo, una obra social. No cobro pensión ni jubilación; debo vivir de lo que gano aquí en la calle”, argumentó.
Luis Lizondo, al igual que Ricardo, considera que si se normalizara la actividad ellos podrían tener un ingreso que les alcance para llegar bien a fin de mes. “Yo soy jubilado y cobro $ 5.200, un dinero que no me alcanza, por eso trabajo cuidando autos. Yo cobro $ 10 la hora, pero al no haber reglas claras ese precio no se cumple, vivir de la voluntad de la gente no es negocio”, disparó Lizondo.
Una cuestión social
No sólo los cuidacoches están a favor de la regularización de la actividad. Hay muchos usuarios que consideran conveniente la legalización del estacionamiento callejero, principalmente porque es más económico que pagar una cochera y porque sería una manera de identificar a quienes cobran el estacionamiento en las calles de la ciudad.
“En la cuadra donde trabajo hay una señora que cuida los autos y viene a las 10 de la mañana y se va a las 12. Pero ella te cobra desde las 9 hasta las 13 … Tendría que existir una tarifa, alguien que los controle, porque son muchos los casos en los que te cobran y se van”, relató Eugenia Botelli. “Aparte... ¡hay cada uno!, que le terminás pagando por miedo”, recalcó.
“Hay muchas personas que se ganan la vida de esta manera. Y según donde te estacionés está bien que te cuiden el auto. Pero existe la necesidad de que esté regulado y formalizado. En la provincia tenemos serios problemas de seguridad y estas personas no están identificadas; estaría bueno saber a quién le estamos pagando para cuidar nuestro auto”, argumentó Triana González.
Hay vecinos que tienen otra mirada sobre la problemática, como Emanuel Llano. “La actividad de los cuidacoches no equivale a un empleo”, afirmó. “Si lo quieren regularizar deben pensarlo bien: turnos laborales, descansos, horas para el almuerzo. ¿Adónde van al baño?, hay muchas cosas que no nos preguntamos sobre este tema. Yo, como ciudadano que pago los impuestos, me gustaría tener alguna vez el beneficio de poder estacionar libremente sin tener que pensar si debo pagar o no, si me romperán el auto por no hacerlo, etcétera”, enfatizó Llano.